lunes, 2 de marzo de 2015

ATANDO CABOS

          
ACTO 1 - Vida Intrínseca

Pablo se encuentra sin empleo fijo en estos últimos meses, así que ahora solo está trabajando en freelos. Escribe para algunas revistas y ayuda a algunos amigos redactores en sus empleos fijos. Debido a eso no tiene mucho dinero, pero los bares bohemios de Lima lo siguen llamando, los amigos bohemios de Lima siguen buscándolo. Así que mantiene su rutina de siempre, trabajo, bares bohemios, dormir en hoteles y correr a casa para bañarme, porque odia poner sus pies en los pisos de las duchas de hoteles, le teme más a los pies callos o con hongos que a el Grinch en navidad. 

Algunas veces por no llegar tarde a trabajar (cuando tenía empleo fijo y esclavizado) y por qué tuvo que dejar a su acompañante nocturna en su hogar en el taxi en las mañanas frías de Lima, se bañaba pero colocando cuatro toallas en el piso de la ducha, lo cual tampoco le parecía muy adecuado, ya que Pablo considera mucho a las personas y pensaba que la persona encargada que limpie su cuarto de hotel esa noche tendría aún más trabajo exprimiendo las toallas.





ACTO 2 - El Primer contacto

Dentro de esos días tediosos de rutina, el año pasado, Pablo salió de trabajar de la empresa grande (la editorial internacional). Era viernes, así que siguió su rutina normal y fue al bar bohemio. Aquel bar pequeño de tamaño pero grande de calor humano, de piso de mayólicas antiguas como los de la casa de su abuela, paredes oscuras, pintadas por "artistas" contemporáneos y poca iluminación, para que obviamente se condicione para ser "bohemio". Llegó, pidió un par de cervezas y se topó con sus amigos, los amigos de la "ebriedad intelectual" que siempre frecuentaban esos bares bohemios.
Después de unas cuantas cerveza junto con sus amigos, divisó que una mujer que se cola al bar con un grupo de amigas. Ella tenía los cabellos castaños amarrados, lentes de vieja, grandes, antiguos y sexys ("vintage"), un polo top blanco y supone que jeans, pero... por qué no recuerda esa prenda, supongo que es algo raro no ?, ya que estoy escribiendo de ella, es porque le atrajo aquella mujer. ¿Y no le vio el culo?, es la pregunta. Pues no, Pablo cuando realmente le gusta alguien no se fija en su físico, primero intenta ver la belleza de su rostro, mirando detenidamente la circunferencia de sus ojos, la longitud de sus pestañas, la textura de sus cabellos, la carnocidad sus labios, el olor de su cuello. 

Luego de algunos intercambios de miradas entre los dos, Pablo sabía que podía acercarse y no ser rechazado. Pablo siempre y su inseguridad personal. Se acerca, la mira y le habla de alguna estupidez, ella responde con una sonrisa, pasan minutos y ella ya no era la mujer de cabellos castaños y ondulados amarrados con sonrisa de oreja a oreja y piercing en el labio, ahora ella era Antonella.





ACTO 3 - Un Buen Corazón

El lugar poco a poco se llenaba más y el calor de la gente por buscar pareja en esa noche incrementaba por todos lados. Tanta gente hizo que Pablo se acercara más a Antonella y cada vez sus labios estén más cerca. Ella decide ir al baño, el la acompaña y en la puerta esperando que se desocupe el baño, se lanza y la besa. Mientras la besa piensa, es guapa, tiene una lengua juguetona y me gusta su sonrisa.

Luego del intercambio de besos ensalsados con la ebriedad de las tantas cervezas, regresan a la esquina del bar donde se encuentra el grupo de ella Pablo decide quedarse con ellas. Ahora conversan más, ya que entraron en confianza y el hielo roto ya estaba. Ella es representante de unas empresas editoras. Ella acaba de graduarse. Ella quiere viajar mucho y acaba de regresar de viaje. Ella quiere ayudar a las personas haciendo trabajos sociales. Ella es un ser femenino bello con pequeños tatuajes, distribuidos misteriosamente en su cuerpo. Cada palabra que ella le cuenta de su vida, simplemente lo encanta, como una bruja hechiza a un mortal.

Pablo queda embelesado con ella, ha encontrado a una mujer guapa y de buen corazón en un bar bohemio, algo raro que le suceda eso. Alguien con esas características humanas en una cueva de mentes creativas y abiertas, pero ese día fue así. Hablan de sus proyectos, Pablo le menciona que deberían viajar juntos, ella acepta. Realizan un pequeño plan de viajes a un futuro incierto, intercambian números telefónicos, intercambian perfiles de redes sociales, intercambian miradas coquetas, caricias sencillas y cervezas heladas.





ACTO 4 - El Anti-desenlace

La noche continua avanzando y seguramente tu pensamiento es, si ellos se encuentran en un bar bohemio, si están ebrios, si se gustan, si ya se besaron, ahora irán a un cuarto de hotel y expulsar todo el encanto y libido de cada uno. Pues no, Pablo es diferente. Pablo es un mentecato, cuando la cortina del amor tapa sus ojos grandes. Pablo jamás intentaría ir a un hotel con ella la primera vez, así ella se lo proponga, ni tocarle el culo, ni las tetas, ya que cuando la atracción sobrepasa el físico, Pablo es más bobo que de costumbre.

Pablo la mira con ojos llenos de amor por alguien que recién conoce y le pregunta donde ha estado, que la hubiera gustado conocerla antes y ella recibe esos cumplidos acariciándole la cara, besándolo mas y entrelazando sus manos. Pablo siente que esos momentos raros que no sucedían hace mucho han regresado y por una extraña razón ella lo hace sentir bienaventurado. Las horas pasaron tan rápido como un atardecer y ella se debe ir. Antonella llama a una amiga y contacta con un taxi para que la recoja y pueda transportarla a su casa. Se encuentra con su amiga tras unos minutos y salen los tres del bar. Caminan un par de cuadras. Ella promete verlo durante la siguiente semana y tomar un café lleno de besos ensalsados con planes de viajes. Llega el taxi, él no le dice nada, solo la besa, abre la puerta del taxi y ella se va.

Pablo regresa al bar con una sonrisa en la boca, se despide de sus amigos, llama un taxi y regresa a casa. Llega, entra a la ducha, se baña, camina a su cuarto, se desviste, mira su panza un poco  más grande, juega haciendo caras en el espejo, se da cuenta que cada vez tiene más pelos en el pecho y la cara, sinónimo de envejecimiento cree, sonríe de las pequeñas estupideces de la vida, se acuesta en la cama y cierra los ojos pensando en Antonella.





ACTO 5 - La Patraña

Toda la siguiente semana de haber conocido a Antonella, Pablo intenta contactarla, le escribe y cada vez que quiere acordar un acercamiento, un simple y cálido café o una abrupta salida a un bar, ella lo evade una y otra vez, de maneras muy sutiles pero Pablo se da cuenta. Pasa esa semana, ha pasado toda una semana pensando en ella detenidamente, así que decide dejar de hablarle, todos tenemos orgullo. Pero luego de dos semanas hace otra vez el intento con aquella mujer que lo dejo absorto, y ella siempre lo deja solamente con  textos a medio escribir por el celular, con pensamientos a medio terminar y ganas de rondar su lengua traviesa.

Pablo pensó que tuvo un gran acercamiento con Antonella, pero llegó a la conclusión de que quedará aparentemente en un recuerdo de una noche. Piensa que hubiera sido una buena compañera amorosa. Pero ahí debe aparcar sus pensamientos, en una simple noche de cervezas, de gente buscando parejas por una noche, de ebriedad, de comidas rápidas y de mentes abiertas.





ACTO 6 - Ciudad Pequeña

Han pasado ya muchos meses desde el encuentro con Antonella, ya no la recuerda nunca, solo ve una que otra foto cuando aparecen por alguna red social, pero no piensa en aquella que pudo ser una compañera amorosa. Llega el fin de semana y Pablo decide salir con unos amigos. Asiste al típico bar bohemio, toma algunos tragos, se aburre, conversa, pero aprecia que todo es igual de aburrido. Se hastía un poco de lo  rutinario y típico bar bohemio. Suena su teléfono, contesta y es un amigo que le dice que están en una discoteca. Pablo no suele ir a discotecas, pero para cambiar de entorno y divertirse, decide ir.

Ya en la discoteca, llena de personas bailando, luces de colores, música a un volumen retumbante y humanos revoloteando por todos lados. Son tres pisos de personas en tragos, divirtiéndose, bailando, juergueando, conversando, besándose, gileandose, mirándose, es un nuevo ambiente, un ambiente de humanos que danzan.

Pablo se siente bien y entretenido, así que decide acercarse a una mujer que divisa en un segundo piso. Era una japonesa, delgada, de cabellos lacios negros, de tez blanca, de agradable sonrisa, de ojos tiernos, vestida con una blusa blanca con negro sin mangas y unos jeans. Comunica a todos su plan de ir por la mujer japonesa al segundo piso y todos sus cuatro amigos aceptan, pero primero vamos por cervezas dice uno de ellos. 

Se acercan a la barra piden cuatros cervezas y caminan hacia las escaleras que llevan al segundo piso. Pablo se siente listo, con  trago en una mano, sonrisa en los labios y temas de conversación divagando por su  mente, pero el problema es que para llegar a donde estaba la japonesa debía bordear todo el segundo piso. Sube las escaleras de metal y color gris y mientras camina bebe uno que otro trago a esa botella de cerveza. Y de un momento a otro, sin esperarlo divisa a  Antonella, bailando sola con sus amigas y dando mil vueltas. Pensó, para bailar así o estas ebrio o drogado, así que en alguna de esas dos definitivamente esta. 




ACTO 7 - El licor de los labios

En nada había cambiado Antonella,  los mismos cabellos largos y ondulados pero esta vez sueltos estaba ahí adornando su cara, como el marco de caoba rodeando una pintura. La sensación de una buena compañera amorosa regresó, pero a medias tintas, ya que sabía que si pasaba algo esa noche con ella, sería una historia similar.

Pablo la cruza, ella no lo alcanza a contemplar, ya que sus movimientos ricos en libido combinados con la música la ciegan en un suculento ritmo de ondas en su cuerpo. Llega Pablo a cruzar también a la mujer japonesa maja y ella lo mira, el también y se ríen mutuamente en seducción. Esto fue sinónimo de que puede ir a hablarle y no será rechazado.

Se detienen a unos metros de la mujer japonesa pero Pablo no deja de mirar al otro extremo del lugar, donde se encontraba Antonella. No lo piensa dos veces y decide ir a hablarle a Antonella.  Le dice a todos que regresará, cruza otra vez a la japonesa, otra vez el intercambio de miradas y sonrisas de coqueteos, pero Pablo transita directo a Antonella.

Se acerca, la saluda con un movimiento de la mano y ella lo mira, parece no reconocerlo por medio segundo, pero lo examina por otro medio segundo y se ríe (pasó en exactamente un segundo). Él le habla de que hace mucho tiempo que no se veían, ella reacciona riéndose e invitándolo a bailar de una manera chiflada y graciosa. El baila o hace lo que puede por bailar, Pablo no es muy adepto al baile en general, prefiere conversar de nuevas y antiguas historias suyas, de cómo el clima afecta a las nuevas sabanas egipcias que compró la semana pasada o que color debería pintar su dormitorio porque ya se aburrió de los colores verdes con los que actualmente convive.

Antonella siendo muy sincera menciona a Pablo que está muy ebria y obviamente a eso Pablo piensa si debe aprovecharse de esa mujer blanca con un piercing nuevo. Recuerda que Pablo nunca se aprovecharía de ella, ya que en algún momento quedo embelesado por sus gustos en común y su apetitosa belleza. Pablo decide hacer caso omiso a ese comentario y sigue tratando (sin cumplirlo) de bailar. En un momento a otro se acercan sus cuerpos, Pablo siente a Antonella muy cerca de él y decide besarla, ella lo acepta y juguetean entren besos y lenguas llenas de ebriedad y aliento agrio a cerveza.

Las compañeras de esa noche de Antonella, deciden irse. Ella las despide y ellos quedan solos. Pablo decide llevarla donde su grupo de amigos al extremo anterior de la discoteca. Ella lo coge de la mano, el acepta entrelazar sus dedos entre sus manos toscas y medianamente grandes de Antonella pero de fina manicura. Ahora Pablo ya no está seducido ante sus atributos mundanos, y puede ver sus defectos, sus errores al bailar, la ausencia de un culo agraciado, la falta de la definición de sus curvas en las caderas, su no pulcro atuendo de esa noche. Pero ella no dejaría que esas cosas la opaquen, ya que igual tenía la sonrisa grabada y delineada en el rostro, y gestos excitantes que realizaba al morderse el labio o guiñarle un ojo mientras lo miraba.





ACTO 8 - El Colofón

Mientras las luces golpean las paredes y se reflejan en los iris de las miradas de Antonella y Pablo, la música retumba en sus cuerpos. Ellos siguen dando pasos de baile, los amigos de Pablo carcajeaban entre ellos ya que Pablo es un inhábil en el baile. Ella al bailar vapuleaba su culo con la pelvis de él, la erección de Pablo ahora es más evidente, ella lo siente pero no lo dice. Ella entre muchos temas que hablaron le dice:

Antonella: -¿Y sigues viviendo en ese lugar feo donde vivías?-

Pablo recuerda el antiguo apartamento que rentaba de su abuela, en un distrito mediano de la capital, antiguo, sucio, pequeño, con paredes de colomural despegados y desgastados, cocina corroída, pero eso sí, con una tina de baño limpia para poder imaginar nuevas historias mientras se sumergía en el agua tibia.

Pablo:       -Pablo le dice no, ahora vivo en San Gabriel (distrito de clase media                    alta de lima), ¿Por qué?-, le pregunta

En ese momento en particular Pablo, recuerda uno de los mensajes enviados por Antonella a su teléfono móvil, ella le preguntaba si él vivía solo y de más detalles banales sobre Pablo.

Antonella: Con mirada de tunante responde -Es que así soy ¡yo!-


Pablo entendió por fin, luego ya varios de meses y de hasta inclusive haber olvidado el tema, el porqué  de que Antonella a la siguiente semana de haberlo conocido evadía sus mensajes, sus llamadas e invitaciones a salidas casuales. Todo tomo sentido ahora, Antonella era una mujer materialista y tal vez algo pragmática. Con esto que dedujo Pablo, lo que alguna vez sintió simplemente huyó de su mente.



Pasan las horas de la noche, ya dejan de bailar. Ella le pide que guarde su celular. Ella coge sus manos y las coloca alrededor de sus caderas. El solo atina a seguir el juego, su pasatiempo favorito, encantar a una mujer bella, mientras besa su boca, su oreja y la provoca. Miran juntos el show del escenario desde el segundo piso de la discoteca. Pero él se aburre, ya sabe cómo es ella por dentro, no necesita quedarse más y perder el tiempo con una mujer bella más, así que decide irse, se lo dice. Ella dice que también debe irse.

Salen de la discoteca, oliendo a cigarros baratos, sudor de pasos de bailes torpes y coquetos, aliento pútrido de las cervezas noche. Ella llama a su taxi. Ella sigue hablando de sus proyectos importantes. El solo pretende escucharla y reír a la par y demostrar un gesto común. Llega el taxi, ella le pide acompañarla. El piensa que tal vez ella quiera algo más. Él le dice chau, cuídate y cierra la puerta del taxi. No voltea, ni volteará a verla. Ella simplemente fue al final eso, una mujer bella de una noche, ahora en realidad dos, que luego de atar los cabos necesarios descubrió su interior.







Un momento... ella olvido su celular, y él lo tiene consigo. ¿La volverá a ver?



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